Cigarreras en San Gonzalo.
Lluvia: La amenaza de las cofradías
De las últimas veintidós Semanas Santas, sólo siete se han celebrado sin precipitaciones · Martes y Viernes son los peores días.
Juan Parejo | Actualizado 25.03.2012 - 06:39
Siete de 22. Desde el año 1990 sólo el 32% de las Semanas Santas se han librado de la lluvia. Unos datos que son aún peores si se analizan desde 2000: sólo los años 2001 y 2009 fueron completamente secos durante los días de la pasión. Un pírrico 16%. Algo inaudito. Así lo revelan los datos recopilados por José Ignacio Jiménez Esquivias, teniente de hermano mayor del Gran Poder. Las peores de las últimas décadas han sido las de 1998, 2003, 2007 y 2011. Las estadísticas de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) dicen que en Sevilla suele llover una media de cinco días en marzo y seis en abril. Las jornadas que históricamente se han visto más perjudicadas por la lluvia son el Martes Santo y el Viernes. La mejor, el Miércoles Santo.
El máximo número de Semanas Santas continuadas sin lluvia es de tres. Ocurrió en los años 1991, 1992 y 1993. En 1997, 1999, 2001 y 2009 también pudieron salir sin ningún tipo de problemas todas las cofradías. Entre las más nefastas, además de la del año pasado, en la que sólo 27 de las 61 cofradías pudieron realizar su estación de penitencia, se encuentran otras de ingrato recuerdo para los cofrades. Hasta el año pasado, la que ostentaba el triste récord era la del año 2003. El Domingo de Ramos fue 13 de abril. En esa primera jornada sólo pudo salir la Hermandad de la Paz. El paso de misterio del Señor de la Victoria se refugió en la Catedral. La Dolorosa hizo lo propio en la Universidad. Más tarde, aprovechando un claro, se trasladó también al Templo Metropolitano. Desde allí los dos pasos volvieron a su templo el Domingo de Resurrección. El Lunes Santo, la del Cautivo del Tiro de Línea, que fue la única que puso la cruz de guía en la calle, tuvo que buscar cobijo en el Rectorado. Esa misma tarde regresó a su parroquia de Santa Genoveva. El Martes Santo también parecía perdido hasta que la Hermandad de la Bofetá decidió echarse a la calle gracias a los inestimables consejos que desde Madrid le fue dando durante todo el día el meteorólogo José Antonio Maldonado. Fue la primera cofradía en pedir la venia en la Campana y en completar su estación de penitencia. La lluvia volvió a aparecer a última hora del Viernes Santo y, aunque las cofradías se mojaron, todas pudieron salir.
Otra Semana Santa para olvidar fue la de 1998. Impactante fue la imagen del Señor de Pasión envuelto en un plástico bajo un tremendo aguacero. El Domingo de Ramos fue de agua. Jesús Despojado se refugió en la Anunciación. La Hiniesta y San Roque regresaron a sus templos. La Amargura no salió. El Martes no pudo salir la del Cerro del Águila. El Jueves Santo la lluvia sorprendió a las Cigarreras y la Exaltación, que volvieron apresuradamente. El Cristo de los Negritos se refugió en el Salvador. La Virgen, en la Catedral. Se reorganizó en la Cuesta del Rosario. Montesión, la Quinta Angustia y el Valle no salieron. El Silencio y el Gran Poder se quedaron dentro en la Madrugada. El Viernes Santo, la Carretería se tuvo que volver. El Cachorro se refugió en la O antes de regresar a su iglesia. Las demás salieron con retraso. El Sábado, no salieron ni los Servitas, ni la Trinidad.
Entre los años 2004 y 2007, el Viernes Santo atravesó por un periodo negro. En 2004, sólo Montserrat consiguió hacer el recorrido completo. La Carretería se refugió en la Anunciación y el Cachorro en la Magdalena. Regresó a Triana el Domingo de Resurrección. Al igual que las Cigarreras, que el Jueves Santo se quedó en la Catedral, donde coincidió con la Virgen del Rosario de Montesión. En 2005, no salieron la Carretería, el Cachorro y San Isidoro. En 2006, volvió a llover. Sólo se puso en marcha la Carretería que se tuvo que volver antes de llegar a la carrera oficial. En 2007, la Carretería se tuvo que refugiar en la Anunciación, luego prosiguió hacia la Catedral. El Cachorro se cobijó en la Magdalena. En el regreso a Triana esa misma noche, protagonizó la estampa inédita de pasar por el puente que lleva su nombre. San Isidoro salió después de tres años sin poder hacerlo. Montserrat y la Mortaja procesionaron con normalidad. Al año siguiente, 2008, por fin la Hermandad del Cachorro pudo llegar a la Catedral tras cuatro intentos consecutivos frustrados por la lluvia.
En 2005, la lluvia desbarató el Lunes Santo. Después de 34 años espléndidos, el Miércoles Santo no salió ninguna. En 2008, el agua volvió a truncar por completo esta jornada, al igual que el Sábado Santo.
Las precipitaciones han deparado también multitud de estampas inéditas. El Domingo de Ramos de 1990, que fue especialmente malo, Jesús Despojado se refugió hasta en tres templos: San Pedro, el Salvador y San Juan de la Palma. En 1995, la Bofetá se quedó en la Catedral y la Candelaria en el Rectorado. Regresaron a sus templos el Domingo de Resurrección. En 2000, tras más de 30 años, la Borriquita salió con los otros dos pasos del Amor en horario nocturno. En 2004, la Esperanza de Triana fue la única que se echó a la calle en la Madrugada.
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