De nuevo.... Jose Cretario

El señor Jose Cretario, ha vuelto a dedicar unas lineas a la banda de la Presentación ,y a dos formaciones musicales mas, pero esta vez, sin mencionar el nombre de estas.

Algunos dirán que lo mejor es no dar publicidad a tal personaje, otros dirán que sólo atacan a la misma banda, pero ya vemos en este articulo que no es así.

Bajo mi punto de vista, que sé que para muchos no será acertado (algunos con menos argumento que una peli porno), creo que ha llegado el momento, de valorar el excesivo ataque, y mostrar por una vez los "dientes", y contar la historia de la verdad, de como funciona una banda detrás de un paso, con pelos y señales, y de como funcionó mas en concreto el día que al que se refiere el señor Jose Cretario.

Una banda que tiene casi 25 años de historia, y con 20 años de presencia en las calles de Sevilla, no puede andar el en silencio y el retiro como un monje tibetano, hasta que llegue de nuevo Doña Cuaresma, y de mientras mirar para otros sitios...Sitios, donde leer, atender y compreder puede ser la mejor opción, para lo positivo, como para lo negativo.

En definitiva, que la cuestión es la siguiente, que no hay que convertir esto en una guerra, pero que si hay que decir desde un medio que uno pueda (pa eso se tiene web, ectecé), y sin esperar que el "hermano mayor" venga al rescate, que el ancho del embudo no siempre es el mismo, que cada palo aguante su vela, y sin dañar la imagen de ninguna entidad o semejante.

Este es el artículo.

Primer golpe: La entrada de La Lanzada
Escrito por José Cretario Domingo 15 de Mayo de 2011 00:16

La escasa Semana Santa que hemos tenido, porque algo sí que hemos tenido, se paladea mejor ahora, cuando hay tiempo, cuando la urgencia de lo inminente no hace que se acumule todo. Para ello, para estirar el gozo más allá del Domingo de Resurrección se hacen imprescindibles las grabaciones de la radio y de la tele y los periódicos de aquellos días que ahora es cuando se empiezan a disfrutar de verdad. He empezado todo por un día que hemos podido hasta redescubrir: el miércoles santo, una jornada que en los últimos tiempos no ha estado muy bien valorada, sin saberse por qué, cuando encierra cofradías y tesoros imprescindibles para la Semana Santa. Salvo la música que, con cierta estridencia, sonaba tras los tres primeros pasos de cristo del día, o la decisión del Buen Fin de hacer tocar a la Centuria tras el palio por la Plaza de San Antonio, el miércoles santo fue un auténtico lujo. El palio de San Bernardo, El Baratillo o el Cristo de Burgos de principio a fin, el misterio de las Siete Palabras andando como nunca con sones exquisitos solo de cornetas y tambores, el poderío del misterio de los Panaderos el palio de Regla que ha quedado espectacular… Quedaba la Lanzada.

La hermandad había empezado a apuntar en esta cuaresma un cierto cambio a mejor. Pero el día de la salida, miércoles santo, el palio de la Virgen del Buen Fin certificó el camino de excelencia en la que se encuentra metida la cofradía. La vi en la Campana. El misterio con mucha seriedad y con un repertorio acorde. Se sigue pensando que la colocación de las figuras no termina de estar bien resuelta, pero bueno, el conjunto es llamativo. Después llegó el palio. Ni sombra de lo que fue cuando se creó en 1973. Ya no es un palio raro, ahora es un conjunto original que año tras año, sobre todo este, se presenta mejor.

La Virgen del Buen Fin preciosa con su cíngulo de inspiración hebrea y el tocado dorado, la cera de la candelería, una de las que mejor se ha visto, la música fantástica. Y lo mejor la entrada. La vi en la transmisión que hizo Canal Sur Televisión con Guillermo Sánchez. Mientras hay quien cree que las salidas y las entradas son el circo del sol, este palio fue llegando por la calle Cervantes al son de la Saeta Sevillana de Pedro Gámez, se arrió, Ismael Vargas lo volvió a levantar y con la marcha Virgen de las Aguas entró en un santiamén de la manera más elegante de las posibles. Sin taca tacas ni palantes y patrás, sin aguantar una marcha pegados al suelo. Entradas como la de la Virgen del Buen Fin nos reconcilia con esa Semana Santa que cada vez es más complicado de ver: la que sabe medir las cosas, la que en las formas es reflejo de su esencia.